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Metodología Educativa Para la Vinculación y Prevención de la Violencia contra las Mujeres y las Niña



Desde el inicio de la humanidad, la violencia ha formado parte de nuestra historia. Es un elemento integral de las estructuras de poder históricamente desiguales y constituye un obstáculo para proponer y establecer la equidad, el desarrollo y la paz. La violencia se expresa en múltiples manifestaciones, entre ellas, la violencia familiar, sexual, y discriminación contra las mujeres, basada en la inequidad de género, la cual afecta a todos los grupos de la población independientemente de sus características sociales, económicas, religiosas, educativas o étnicas. En el ámbito de la salud, concretamente, se constituye como un factor de riesgo que ocasiona numerosos y serios problemas de salud física, mental, sexual y reproductiva de los individuos y de las sociedades tanto en el plano de lo inmediato como en el largo plazo.

Honduras es uno de los países con las tasas de muertes violentas de mujeres más altas del mundo, a nivel centroamericano tiene la segunda tasa más elevada de crímenes por motivo de género con 5.1 feminicidios por cada 100,000 habitantes según estadísticas recopiladas por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). El año 2013 fue el más funesto con 636 feminicidios. En ese sentido se vislumbra (el potencial) la necesidad de generar alianzas entre las organizaciones que trabajan la población con VIH y transversalizar los temas de violencia contra las mujeres y niñas y los femicidios entre las organizaciones de sociedad civil (SC); además es preciso que se inicie un proceso de Incidencia Política (IP) para que en las políticas públicas se incluya esta vinculación.

Debido al confinamiento ocasionado por la pandemia COVID-19, se ha incrementado la vulnerabilidad para realizar las denuncias a las entidades pertinentes, lo que obliga a las mujeres a estar encerradas con sus maltratadores, en ese aspecto se presentan una serie de restricciones para movilizarse, ya que no existe transporte público, lo cual se convierte en limitante para pedir ayuda , acudir a grupos de auto apoyo y realizar llamadas telefónicas ya que cuentan con pocos recursos económicos para recargas a su teléfono celular. Tomando en consideración que el hogar es el lugar más peligroso para ellas, el encierro hace que se incremente el riesgo de violencia, en la medida en que aumenta el tiempo de convivencia. La violencia se prolonga sin que sea interrumpida y se genera una percepción de seguridad e impunidad por parte de quien agrede.

Por lo anterior descrito se crea este documento con el afán de contribuir a la disminución de dicha problemática mediante la implementación de una metodología para la prevención, promoción, empoderamiento de las mujeres que experimentan dicha problemática y potenciar las capacidades instaladas con un enfoque intergeneracional. En ese sentido es de suma importancia dar a conocer las líneas de atención a la violencia, centros de orientación y atención psicológica, psicosocial y jurídica como servicios indispensables y de retroalimentación, garantizando que las denuncias sean atendidas de manera eficiente.

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